’30 Batallas’, por Zoe Massey

Publicado en publimetro.pe,  el 29/11/2018

Ser mujer en el 2018 ya no debería ser una lucha diaria. Ser mujer en el 2018 en el Perú no debería ya ser un riesgo diario. Ser una mujer profesional, exitosa, no debería ser tan raro (midamos el éxito con una visión completa de quién es exitoso en el día a día, siendo feliz como es, con lo que hace y con quienes lo rodean). Si viviéramos una realidad equitativa, ser una mujer batalla no sería algo necesario, sino algo meramente satisfactorio.

Hace un tiempo, en una venta de libros cayó en mis manos ‘Mujeres Batalla’ de Antonio Orjeda. ¡Manya! No podía no comprarlo. Y luego llevarlo conmigo a varias colas de trámites, viajes en micro, idas y venidas de la playa en el ‘maleño’. A veces en el colectivo me provocaba contarle en voz alta la historia de alguna de estas mujeres a esa chica que iba a estudiar en la mañana con cara de almohada y lonchera en una bolsa. Alguna vez pensé que estas historias deberían ser compartidas con más facilidad entre todos. Finalmente, todos conocemos una mujer batalla.

Esa edición recopilatoria de historias ha servido –según leo (y no lo dudo)– como material de trabajo de colegios, universidades y hasta empresas. Es que historias así motivan. Yo las leí sin orden, un poco al azar, buscando que cada una me cayera en el momento adecuado.

Así conocí a Vilma Parra; alguna vez le había comprado zapatos sin tener idea del valor que tenían. Quizás tú también, ahí en Larco, en Miraflores, en un medio sótano. Reconocí a Lorena Mavila, la mujer que empuja el mototaxi en el Perú con el legado dejado por su padre, y con quien tuve la suerte de entrevistarme hace un tiempo. A Liliana Mayo y su lucha por la educación para chicos con habilidades distintas desde el Ann Sullivan. Tantas mujeres que ni te das cuenta que están detrás de tamaña empresa que ya conoces y que están más cerca a ti de lo que imaginas.

Hoy son 30 historias más. Hoy, la motivación y motor del Doc Orjeda es la gran Miranda, su pequeña-huracán de nueve años que es su pata, su cómplice, que le hace cuestionar lo que antes ni imaginaba. Con ella ve películas y luego las conversa, con ella comparte gustos musicales y salidas de paseo. Miranda, a los tres años, le preguntó a papá si es que él la entrevistaría si ella fuera una mujer batalla. Hace un par de meses, en una de esas largas conversas atropelladas por la falta de tiempo, Antonio me mostró sonriente la carátula del nuevo ‘Mujeres Batalla’ con una foto de Miranda. ¡No se la enseñes hasta la presentación!, le dije. En esta nueva edición puedes conocer las historias de Inés Melchor, Wendy Ramos, Inés Temple y la genial Carolina Araoz, entre varias otras.

Todas las mujeres de todas las edades en nuestro país, y en muchos otros, aún necesitamos saber que vamos avanzando, que si logramos ser empresa, inspiración, madres, hijas, amigas batalla, estamos yendo por el camino que hará que a futuro, sea menos de lucha el hecho de ser mujer. Aunque creo que esto ya es un sello genético. La mujer de aquí y de allá está mostrando que la batalla la está ganando una historia a la vez.

Hoy coincidentemente mi marcalibros dice: “Un lector vive mil vidas antes de morir. El que nunca lee, solo vive una”. Puedes empezar por 30 vidas, busca tu ‘Mujeres Batalla’.

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