Publicado en revista Aptitus, el 10/12/2018
Los retos de los CEO se han transformado producto de los cambios en los negocios,y los objetivos son ahora transformar más que cambiar.
Hace unos días me preguntaron sobre cuál era la principal responsabilidad de un Gerente General. Mi respuesta fue hacer que el negocio perdure y que crezca. Esta responsabilidad incluye la perspectiva de tiempo orientada al largo plazo y la capacidad de estructurar estrategias y ejecutarlas, sea a través de metodologías tradicionales o a través de nuevos enfoques más ágiles que incluyan la posibilidad de prueba y error. La perspectiva de tiempo ha sido siempre crítica y hoy es aún más, ya que las ventanas de acción para tomar decisiones y corregir los planes son cada día más estrechas. La visión principal del Gerente General sigue siendo el largo plazo -que a propósito es cada día más corto- ya que orienta el esfuerzo a hacer perdurar el negocio. No obstante, esto no quiere decir que no se deba gestionar el corto plazo. Lo que no debe pasar es tener solo una visión única de corto plazo, porque difícilmente hará perdurar el negocio en el entorno actual, diametralmente distinto al de otras décadas.
Dicho esto, lograr que el negocio perdure tiene un componente que no era tan visible años atrás: la necesidad de cambiar e inclusive transformar. Digo necesidad, ya que considerarlo una posibilidad o un deseo sería un grave
error para la mayoría de las organizaciones. Por otro lado, transformar tiene un significado distinto a cambiar: Cambio significa hacer lo mismo de una manera distinta, mientras que transformar significa hacer algo totalmente
nuevo. El cambio corrige el pasado y reorienta el esfuerzo, mientras que la transformación crea el futuro. Entonces, quizás no hoy, pero seguramente sí mañana, la principal función del Gerente General será hacer perdurar el negocio a través del cambio y seguramente en muchas oportunidades, de la transformación, para lo cual deberá
1.Definir y asegurar la ejecución de la estrategia.
2. Alinear el desempeño y compromiso de las personas a la estrategia.
3. Cambiar la mentalidad y las habilidades de los colaboradores.
En este contexto no podemos esperar únicamente el liderazgo del Gerente General, ya que el liderazgo centralizado en las organizaciones dejó de ser la forma de lograr los objetivos hace mucho tiempo. Más bien lo que se requiere para comenzar es el liderazgo y accountability de todo el equipo directivo, con énfasis especial en el liderazgo del Director de Gestión Humana o como se denomine el área responsable de alinear las estrategias y las personas.
La transformación es un proceso racional, no mecánico y, por lo tanto, requiere un esfuerzo complejo para enfrentar la diversidad de pensamiento. En este entorno, los Directores de Gestión Humana deberían ser el principal soporte de la estrategia, siendo pieza fundamental para lograr que la compañía perdure, se transforme y crezca, desarrollando nuevas habilidades y accountability a todo nivel.