Publicado en diario Gestión, el 16/10/2019
Estamos experimentando un periodo de cambios y disrupción sin precedentes. Vivimos en un mundo de exigencias sociales y aceleración tecnológica, donde la información se produce y se mueve a gran velocidad. Un mundo que exige profesionales con capacidad para transformarse y adaptarse.
Sea porque los cambios son generados por las empresas o automotivados, pasamos siempre por
una curva de emociones durante la transición al nuevo comienzo. Siendo así, como líderes ¿cómo podemos acompañar estos procesos de cambio, logrando mantener el compromiso de los colaboradores y la productividad de la organización?
Nuestro modelo de Gestión del Cambio está basado en comportamientos, porque a través de ellos
podemos leerlas emociones que los provocan. Como líderes, al acompañar procesos de cambio, es
necesario reconocer estas emociones en cada persona, en cada etapa del cambio y, a través de los comportamientos, entenderlas y aprender a gestionarlas.
Cuando el cambio aún no se ha dado o no ha sido anunciado, las personas suelen preocuparse que saben que algo va a suceder, sienten angustia y estrés. Es en esta etapa que se dan las conversaciones de pasillos porque los colaboradores necesitan información. Como líderes, en esta etapa, corresponde compartir la información que sea posible comunicar para dar tranquilidad.
«A partir del anuncio del cambio, toca aceptar que las cosas van a ser diferentes”.
A partir del anuncio del cambio, toca aceptar que las cosas van a ser diferentes y, durante ese proceso de aceptación, los líderes necesitan escuchar a sus colaboradores para ayudarlos a desahogarse y manejar la pérdida.
Luego, mientras las cosas ya no son como eran y tampoco como van a ser, se vive un momento de
desorientación y a los líderes les toca apoyar a sus colaboradores permitiéndoles orientación, toca
entonces dirigirlos y, al momento de la reorientación, comprometerlos con su nuevo comienzo. Y, a
través del coaching, ayudarlos a avanzar.
Como líderes, además, es importante comprender que no todas las personas van al mismo ritmo, ni
transitan por las etapas del cambio en el mismo momento, habrá quienes necesiten más acompañamiento que otros. Estemos atentos y presentes para todos y cada uno de nuestros colaboradores.