«Un líder con una visión clara y ambiciosa de hasta dónde podemos llegar y qué tenemos que hacer para lograr ese sueño compartido por todos»
A veces me pregunto por qué tenemos la tendencia a conformarnos cuando se trata de escoger y valorar a los líderes de los diferentes ámbitos de nuestras vidas. Comparto algunas ideas sobre las características del líder ideal que todos quisiéramos tener:
Un líder que nos respete profundamente. Con vocación de servicio y capaz de poner sus intereses personales en segundo plano en aras del bien común.
Un líder con carácter y valentía, capaz de pararse firme cuando debe hacerlo, sobre todo frente a los corruptos y abusivos, así sean estos sus pares, colegas o superiores.
Un líder capaz de aceptar cuando se equivoca y de asumir sus errores y las consecuencias de estos. Y por supuesto, capaz de perder con clase y dignidad.
Un líder que se comunica con claridad y suficiente frecuencia para dejarnos saber cómo van las cosas. Que nos trata como adultos y nos dice siempre la verdad, aunque esta no sea fácil de escuchar.
Un líder con una visión clara y ambiciosa de hasta dónde podemos llegar y qué tenemos que hacer para lograr ese sueño compartido por todos.
Un líder con una pasión contagiosa que nos mueve hacia esa visión, que es la misión de su vida. Y con una fuente inagotable de energía, que usa para movilizarnos hacia esa visión. Capaz de inspirarnos a sacar lo mejor de nosotros, logra hacernos alcanzar sueños y metas que ni sabíamos éramos capaces de lograr.
Un líder con integridad, que no miente y vive una vida correcta y transparente en lo profesional y lo personal. Que no es corrupto ni permite que su entorno lo sea. Que no busca enriquecerse a costa nuestra y que jamás pierde de vista el bien común y su responsabilidad de conducirnos hacia él.
Un líder que valora y honra su palabra, un líder en el que se puede confiar: no promete lo que sabe que no podrá cumplir, no cambia de opinión según sus intereses del momento. Que sostiene sus promesas pese a las cambiantes circunstancias.
Un líder inteligente, preparado y cultivado, que ha desarrollado su intelecto, que tiene cultura y la usa en beneficio de todos.
Un líder con empatía, calidez y humanidad, capaz de comprender con el corazón el sentir de su gente, sus aspiraciones y necesidades, y su dolor, cuando toca.
Un líder leal a sus principios y valores y a quienes tiene a su cargo. Que no abandona a sus aliados y sabe manejar civilizadamente y con madurez las diferencias con quienes no piensan como él.
Un líder con fuerza de voluntad y valentía para resistir las tentaciones del poder que ostenta; con madurez para gobernar sus emociones y ceñirse a una disciplina de trabajo y orden.
Un líder capaz de hacerse cargo y de asumir sus responsabilidades frente a su gente y a de llevar su misión hasta el final. Que nunca tira la toalla ni abandona su equipo.
Un líder dedicado y productivo, capaz de trabajar con intensidad, entusiasmo y alegría para hacer incluso más de lo necesario en beneficio nuestro, de nuestro avance y desarrollo. Que trabaja con amor por su equipo, su misión y su país.
¿Podrás ser tú ese líder?