Publicado el 27/07/2016 en América Economía
Los procesos de outplacement formales brindan la estructura necesaria para ayudar a identificar los objetivos laborales que más se ajusten a las capacidades, intereses y valores de cada quien para alcanzar sus objetivos de recolocarse o crear negocios.
«El respeto a la dignidad y autoestima de quienes se quedan sin trabajo es vital por ellos y su marca personal»
En mercados tan cambiantes y competitivos como los de hoy, las organizaciones muchas veces deben tomar decisiones difíciles, las que incluso pueden implicar dejar partir a colaboradores valiosos.
En todo escenario las salidas deben llevarse siempre de manera muy respetuosa
Sea que es por un cambio de perfiles, por una necesidad de balancear costos, de cambiar estructuras o por los muy comunes temas «políticos» entre ejecutivos, estas situaciones se presentan tanto en momentos de crecimiento como en entornos recesivos. Y contrariamente a los que mucho piensan, a veces en épocas de crecimiento hay incluso más movilidad y cambios. En todo escenario las salidas deben llevarse siempre de manera muy respetuosa y siempre coherente los valores de la organización. El foco debe ser minimizar el impacto de la salida en la autoestima, la dignidad y el ánimo de las personas que se quedan sin trabajo. Y también el de cuidar el compromiso de los que se quedan, que miran con atención como se trata a los que se van ya que mañana les puede tocar a ellos.
Un programa de outplacement formal ayuda mucho a mejorar las probabilidades de éxito en una nueva actividad laboral
Es importante notar que los programas de outplacement no son hechos para «dorar la pildora» ni para facilitar la salida de nadie. Son programas que se ofrecen a las empresas que ya tomaron la decisión de desvincular personas a cualquier nivel. Y, muy importante, es un servicio que jamás debe ser cargado a quien se queda sin trabajo. Nosotros pensamos que no es ético cobrar dinero a quien no tiene trabajo, ya que si bien un programa de outplacement formal ayuda mucho a mejorar las probabilidades de éxito en una nueva actividad laboral, jamás puede garantizar a nadie un trabajo seguro o un negocio exitoso.
Las empresas serias de outplacement son las que ayudan a las empresas a transitar cuidadosamente por esta etapa de cambios, sin involucrarse jamás en decidir quién debe quedarse o quién debe salir. Ayudan a sensibilizar a todos los involucrados en el proceso para asegurar que la comunicación de salida sea dada de manera correcta y respetuosa y en las circunstancias adecuadas. Es importante notar que el outplacement no es un beneficio reservado solo para ejecutivos, sino también se debe dar a profesionales, empleados y operarios de todo nivel por igual.
Una parte vital del outplacement es el apoyo inmediato a dar a quienes reciben la difícil noticia de que se acaba el vínculo laboral. Es vital apoyarlos in situ para ayudarlos a manejar sus reacciones emocionales y a focalizarlos rápidamente en el futuro y en las oportunidades que este puede traer, lejos de reacciones potenciales dañinas para ellos mismos, su marca personal o la reputación de la empresa.
Los procesos de outplacement formales brindan la estructura necesaria para ayudar a identificar los objetivos laborales que más se ajusten a las capacidades, intereses y valores de cada quien para alcanzar sus objetivos de recolocarse o crear negocios. Esa estructura debe incluir consultores con larga experiencia gerencial, diversos talleres diarios para generar comunidad y combatir la soledad del desempleo, uso de oficinas para no quedarse en casa en depresión o distraídos en actividades no productivas, apoyo logístico, secretarial, y psicológico. Y ciertamente, para poder contactarlos con todas las firmas de selección serias del país, preparar sus materiales de márketing personal, ayudarlos a tejer sus redes de confianza y hacer estrategias claras para mejorar su marca personal y sus niveles de empleabilidad.
En el Perú, cientos de empresas responsables de todo tamaño y tipo usan estos servicios de calidad desde hace más de 20 años. Y cuanto menos el 48% de las top 500 empresas del Perú lo hacen regularmente. Así, casi 40.000 personas entre ejecutivos, profesionales, empleados y operarios a nivel nacional se han beneficiados de sus bondades.