¿Entre la espalda y la pared? (ver pdf)
Fuente: El Comercio/ 09-08-2015
Cómo responder con éxito a las preguntas más difíciles que te pueden hacer durante una entrevista de trabajo.
En toda entrevista laboral, siempre van a aparecer varias preguntas difíciles. Pensemos en las diversas preguntas que nos pueden hacer: aquellas que son importantes para el entrevistador porque el tema específico a evaluar es de mucho interés para la compañía o porque quieren saber algo más sobre nosotros, aquellas que son sensibles para el entrevistado en lo profesional o en lo personal, y aquellas que no son necesariamente difíciles pero están mal planteadas.
Para responder estas preguntas, siempre debemos tener en mente que las respuestas que demos pueden ser interpretadas por el entrevistador y, además, requieren de mucha claridad y precisión de nuestra parte. ¿Has identificado qué preguntas difíciles te podrían hacer? ¿Estás preparado para responderlas?
Es importante que nos preparemos de la mejor forma posible. Que siempre pensemos en todas aquellas preguntas que nos puedan hacer, y que por sus características, requieren de un razonamiento mayor.
Comparto con ustedes algunos consejos sobre cómo responder preguntas difíciles en una entrevista laboral:
Primero. Pensar cuáles podrían ser las preguntas más difíciles para uno, tanto en lo profesional como en lo personal. Desde el lado profesional, en especial debemos considerar cuáles son esas situaciones en las que no tuvimos mucho éxito en un proyecto, aquéllas en los que los resultados no fueron según lo propuesto por nuestros jefes, aquellas decisiones que no fueron las mejores. Desde el lado personal, siempre debemos considerar algún aspecto de nuestra vida familiar o nuestros motivadores y valores.
Segundo. Evaluar para cada una de estas situaciones o posibles preguntas difíciles, qué debemos decir y qué no debemos decir, a quién se lo vamos a decir, y cómo se lo vamos a decir. En cada respuesta que demos siempre es posible que nos pidan más información, que nos vuelvan a preguntar de lo mismo, o que lo parafraseen. Estemos muy atentos a las conclusiones que llegue el entrevistador respecto a cada una de nuestras respuestas. Si percibimos que no ha estado clara nuestra respuesta, es el mejor momento para decirlo y ver cómo lo precisamos mejor.
Tercero. Estructurar el mensaje de lo que vamos a comunicar. Siempre debemos tener en cuenta y asegurar que el mensaje va a ser consistente y entendido por todos los involucrados en el proceso. El mensaje deber ser claro, corto, preciso y creíble. Nuestra recomendación es que debe estar bien estructurado, el mensaje debe ser transmitido en no más de dos minutos, y siempre debemos saber cómo cerrar la respuesta. Algunas alertas: Evitar dar vueltas en el mismo tema. Evitar dar más información de la que se nos pide. Siempre mantenerse en una sola posición, no contradecirse.
Cuarto. Practicar nuestras respuestas con personas que nos conocen, que pueden opinar y recomendarnos la mejor forma de transmitirlas. Deben darnos consejos sobre la forma como respondemos y sobre la claridad del mensaje que estamos queriendo dar. Estos consejos antes de la entrevista son cruciales.
Quinto. Ser consistentes en todos los mensajes que den, siempre dar un enfoque positivo a la respuesta, y asegurar que lo que se dice con palabras, voz y lenguaje corporal, diga lo mismo. Muchas veces nuestro lenguaje corporal nos gana, y ello representa más del 50 % de lo que comunicamos.
Como mensaje final les recomiendo que cada vez que vayan a una entrevista reflexionen en cómo les fue, evalúen que respuestas no fueron claras y precisas, analicen que tan buenas fueron las preguntas que hicieron, piensen en qué pudo ser mejor y en especial, qué deberían evitar en una próxima entrevista.