Las herramientas para impulsar su carrera (ver pdf)
Fuente: El Comercio/ 26-01-2015
‘Marketearse’, elegir adecuadamente el campo de especialización y hacerse conocido en el mismo son esenciales para que un profesional se asegure de maximizar el resultado de la inversión realizada en seguir una maestría.
Un profesional bien capacitado que consigue que la empresa en la que labora supere sus objetivos no siempre tendrá el reconocimiento y recompensa que se merece. El profesional también debe invertir tiempo en asegurarse que se le otorgue el lugar que le corresponde. ¿Cómo hacerlo? Para responder a esta pregunta, consultamos a tres expertos: ¿Qué debe hacer un profesional para rentabilizar económicamente la inversión realizada en una maestría? Aquí sus respuestas.
VISIBILIDAD
Para Juan Pablo Delgado, socio en Executive Search Nugent & Delgado, un profesional debe hacer la maestría pensando en las fortalezas que ha desarrollado en cuanto a experiencia y conocimientos, competencias que ya le son reconocidas, e identificando en qué campo desea que lo reconozcan como un experto.
Es igualmente importante, dice, que una vez terminada la maestría haga visible sus capacidades entre sus colegas de profesión, al interior de la empresa para la que colabora y a la comunidad profesional en general; esto se logra destacando en sus labores, participando activamente en la vida gremial de su especialización, siendo expositor en el campo de su especialización y compartiendo mediáticamente conocimientos y experiencias adquiridas.
«Cuando uno obtiene el grado de la maestría obtiene una herramienta que -con un buen mercadeo personal- permite que la inversión hecha sea recuperada y adecuadamente rentabilizada», finaliza.
EL MOMENTO ADECUADO
Según Fernando Guinea, socio de Amrop, una maestría tendrá más valor para un empleador cuando la misma se siguió cuando el ejecutivo superó los 30 años de edad, y por lo menos tuvo a priori una experiencia de trabajo de entre seis y diez años. Apunta que no es lo mismo seguir, por ejemplo, un MBA al corto tiempo de haber terminado la carrera universitaria inicial. Ello, porque el alumno es y además se lo percibirá como un mero teórico, por lo que no contribuiría a través de su experiencia con el resto de miembros del salón.
«El empleador local valora mucho una experiencia de trabajo previa en el mercado de trabajo internacional, y si la maestría fue realizada en una escuela top de negocios reconocida internacionalmente, mucho mejor. Hay maestrías locales muy buenas, sin embargo, a nivel de percepción no superan a las de fuera en la mente del empleador», precisa a Día_i.
PREPARACIÓN Y ELECCIÓN
Lucas Reaño, socio LHH-DBM, explica que hay profesionales muy cautelosos que desde que inician su maestría, paralelamente, desarrollan un plan para posicionarse adecuadamente en el mercado laboral, lo cual beneficiará la rentabilidad de su inversión. Hay también los que esperan que el título profesional resuelva todo el problema y esto tomará más tiempo.
«En LHH-DBM recomendamos séguir nuestra metodología, que se inicia con el estudio del entorno profesional, la determinación de su objetivo profesional, la creación de su estrategia de comunicación, la determinación de su mercado objetivo, el transmitir el mensaje adecuado a los potenciales empleadores y estar listo para causar la mejor impresión, haciendo su mejor oferta de valor. Esto permitirá al profesional, al culminar sus estudios, estar preparado para enfrentar el mercado y obtener una mayor rentabilidad de su inversión.