Tal como vimos en la primera parte de este artículo, cuando la economía crece y las empresas logran mejores resultados, muchos sienten sus puestos más “seguros”. Sin embargo, el crecimiento genera muchos cambios en los perfiles requeridos para enfrentar los nuevos retos empresariales. Es una época “peligrosa” para quienes se confían demasiado, bajan la guardia y descuidan su carrera. ¿Cómo enfrentar esta etapa?
Ya analizado lo relativo al perfil profesional y el cuidado de su imagen y reputación, continuaremos con el papel que cumplen las relaciones y contactos en el manejo de su carrera.
Herminia Ibarra, profesora de la Universidad de Harvard y estudiosa del tema, define las redes de contactos como “el grupo de relaciones críticas que definirá su capacidad de hacer cosas, avanzar y desarrollarse profesionalmente”. ¡Desarrollar una buena red de contactos es clave para su carrera!
Evalúe cómo maneja su red de contactos: ¿Quiénes y cuántas fueron las personas con las que conversó sobre su carrera y lo apoyaron en su trabajo el último año? ¿Revisó con ellos ideas sobre proyectos u oportunidades importantes? ¿Obtuvo su apoyo o cooperación para sus iniciativas? ¿Quiénes lo ayudaron más? ¿Mantiene vigentes sus relaciones con quienes creen en usted y lo aprecian, le dieron datos o consejos, o le ofrecieron recursos en el pasado? ¿Asiste a eventos, cursos y actividades que le permiten conocer gente y desarrollar su red externa? ¿Ha fortalecido vínculos con quienes contribuyeron de forma más significativa en su desarrollo profesional durante los últimos dos o tres años? Haga una lista y desarrolle un plan para mantener vigentes cada una de esas relaciones!
Busque oportunidades para trabajar con personas de las que desea aprender. Piense a largo plazo: construya lazos antes de que los necesite. Sin embargo, no olvide que debe ser leal e íntegro con sus contactos: no los “utilice” en beneficio propio. Como en toda relación, ésta debe ser positiva para ambas partes.
Desarrolle una red de mentores que lo ayuden a administrar su carrera. Sea proactivo: Identifique mentores potenciales, sepa sus necesidades de desarrollo y tenga una agenda para su aprendizaje. Contáctelos, interéselos en su desarrollo. Desarrolle la relación, no se confíe en la química e identificación. Herminia Ibarra define así las 10 Máximas de un buen “protegido
– Es leal y confiable.
– Hace que su mentor quede bien.
– Siempre hace más de lo que se le pide.
– Hace que sea fácil ser honesto con él.
– Reconoce los riesgos que toman los mentores por él.
– Tiene una agenda de aprendizaje clara.
– Da tanto como recibe, sigue la “ley de reciprocidad”.
– Usa el tiempo y recursos de su mentor selectivamente.
– Se responsabiliza por el manejo de la relación.
– Añade valor al mentor porque tiene su red independiente.
Monitoree su avance: ¿Cuánta gente nueva ha conocido en el trabajo durante el último año? ¿Cuántos contactos externos ha añadido? ¿Con cuántos ha fortalecido o mejorado sus vínculos? ¿Tiene mentores y “auspiciadores” que lo recomienden y refieran positivamente? ¿Ha alienado a alguien?
Recuerde: Si su organización crece, crezca con ella, no se quede afuera por confiarse…
