Vida laboral y personal: El bendito equilibrio

El bendito equilibrio (ver pdf)

Fuente: Aptitus/ 14-04-2015

Las organizaciones están adoptando políticas que buscan el balance entre trabajo y vida familiar, pero aún falta dar un paso importante: lograr una adecuada legislación laboral.

Hace unos meses, el dueño y fundador del imperio Virgin Group, Richard Branson, sorprendió a todo el mundo al anunciar que sus empleados podían tomar vacaciones en cualquier momento del año y por los días que quisieran. ¡Sí, vacaciones ilimitadas!

«Si el horario de nueve a cinco ya no vale, porque el trabajo hoy se puede realizar en cualquier lugar y momento, ¿por qué tendría que aplicar las estrictas políticas de vacaciones anuales?», fue el argumento que dio el excéntrico multimillonario en su blog.

Si bien, a manera de piloto, solo 160 trabajadores del grupo han sido los primeros beneficiados, Branson espera que su innovadora y ciertamente discutida política (o, diríamos más bien, no-política) se extienda pronto a sus más de 40.000 empleados y se convierta así en un modelo de buena práctica para otras compañías. ¿Habrá en el Perú alguna empresa que se anime a imitar esta revolucionara iniciativa?

Mi familia primero

Aunque no asumen tantos riesgos como Virgin, en nuestro país son cada vez más las organizaciones que ofrecen estas facilidades. Según Great Place to Work » Perú, el 82% de los empleados de las mejores empresas para trabajar perciben que, en sus centros de trabajo, se fomenta el equilibrio de la vida personal y profesional.

«Para las empresas grandes, la preocupación por la relación trabajo-familia no es novedad. La tienen prevista no solo en su reglamento interno de trabajo, sino principalmente en políticas o lineamientos de gestión que, con un adecuado canal de comunicación, son puestos a disposición de sus trabajadores», comenta Percy Alache, jefe de derecho laboral de Lazo, De Romaña & Gagliuffi Abogados.

Es así que los empleados se benefician de iniciativas como el teletrabajo o virtual office, horario flexible o flex time, horario de verano y día libre por cumpleaños, los que son acompañados de programas que buscan acercar la familia al trabajo, como celebrar la Navidad en la oficina junto a los hijos. A estas prácticas se suman beneficios para ser aprovechados con los seres queridos fuera de la oficina, como descuentos en atención de salud, centros de esparcimiento, cines, entre otros.

Parecería, entonces, que el equilibrio entre trabajo y familia fuera solo un privilegio de papás y mamás. No, los jóvenes también se benefician de estas iniciativas, solo que en lugar de dedicar tiempo y esfuerzo a los hijos, despliegan sus recursos a otras actividades de interés como estudiar, practicar algún deporte o realizar ayuda social.

«Está comprobado que, en organizaciones que implementan estas buenas prácticas, la productividad aumenta debido a la motivación que provoca en los empleados», revela Alejandea D’Agostino, directora de capital humano de Deloitte.

Prueba de ello es que, en Lee Hecht Harrison-DBM Perú, la experiencia ha sido bastante provechosa. A decir de Jimena Mendoza, su gerente general, gracias a los programas que vienen llevando a cabo, el compromiso de sus trabajadores se ve reflejado en mejores resultados de clima laboral y satisfacción. «En nuestra empresa estamos convencidos de que el equilibrio trabajo y familia es fundamental», subraya.

De acuerdo a una reciente encuesta de Tasa Worldwide Perú, el segundo motivo más importante de los ejecutivos para cambiar de trabajo, después de un aumento salarial, es conseguir un mejor equilibrio entre vida personal y vida laboral.

¿Por qué no en mi empresa?

Sin embargo, no todas las empresas pueden brindar a todos sus empleados medidas que favorezcan la relación entre su trabajo y familia, incluso si tuvieran los recursos para hacerlo. Existen modelos de negocio o tareas específicas en los que, difícilmente, se pueden implementar estas iniciativas (servicio al cliente, por ejemplo). Ante ello, la líder de Lee Hecht Harrison-DBM Perú recomienda a los empleadores ser transparentes con sus trabajadores y encontrar soluciones creativas.

«Los programas tienen que alinearse a las características, requerimientos y ciclo de madurez de la empresa», recomienda D’Agostino. En ese sentido, advierte que las propuestas fracasan cuando son copiadas de otras empresas o de los libros de moda sin evaluar previamente cada caso.

Similar punto de vista comparte Tulio Obregón, socio del Estudio Obregón Sevillano, para quien estas políticas deben estar estipuladas en los reglamentos internos de las empresas, tanto grandes como pequeñas, a fin de que se establezcan pautas más acordes con el sector y la dimensión de cada empresa.

Al respecto, el laboralista Percy Alache sostiene que la ¡mplementación de propuestas que apuntan al balance trabajo-familia debe requerir de una planificación: «Primero, hay que ver si los trabajadores realmente las necesitan; luego, definir a qué grupo beneficiará y si serán plasmadas en una política interna que tendrá que ser debidamente comunicada a los trabajadores; y, finalmente, se deben evaluar los resultados con base en la productividad, número de trabajadores, tardanzas, licencias, entre otras variables».