Clima laboral: Verdes de envidia - LHH DBM

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Clima laboral: Verdes de envidia

Verdes de envidia (ver PDF)

Fuente: Mujeres Batalla / 15-11-2014

«Los que te envidian son tus fans», me dijo una sabia muy sabia con una sonrisa cómplice mientras me trataba de consolar.»Su envidia solo dice que quieren ser como tú, y aunque te cueste muchísimo hacerlo-me aconsejó-, trátalos con cariño, que son gente que sufre».

Les confieso que me costó mucho entender tanta sabiduría junta. Y menos en ese momento, cuando me sentía tan mal ante la reacción de una amiga a la que había llamado para compartir un logro importante para mí. Primero reaccionó con gran frialdad, luego le cambió la cara y actuó como si yo le hubiera hecho daño o le hubiera quitado algo. ¡Me quedé de una pieza! Nuestra amistad nunca más volvió a ser la misma.

¿Quién no ha enfrentado la mala vibra de personas envidiosas? ¿Quién no ha sentido miradas llenas de resentimiento cuando algo bueno nos pasa, sea una promoción o incluso un nuevo amor? ¿Quién no ha escuchado comentarios que tratan de quitarle brillo a nuestros logros?

Todos, en algún momento, hemos sufrido las consecuencias de ese insano sentimiento. Es parte de la vida y de la carrera profesional. Nuestra tarea es aprender a sobrellevarlos sin acusar demasiados efectos secundarios y sin que el malestar que nos generan limite nuestra voluntad para seguir avanzando y creciendo. Y sobre todo, sin dejar que lleguen a opacar el brillo de nuestra merecida satisfacción o felicidad personal o profesional.

¿Cómo identificamos a los envidiosos? Creo haber aprendido a detectarlos: Los envidiosos no se alegran de nuestros logros o alegrías, más bien los sufren, pues les recuerdan su propia infelicidad; y eso se ve en sus caras.

Los envidiosos se distancian de nosotros cuando nos va bien. Son expertos en desmerecer los logros ajenos, en restarles importancia y/o quitarles todo mérito. Les cuesta dar reconocimiento de cualquier tipo a otros, ya que tienden a ser muy inseguros.

Suelen copiar nuestras ideas, tratan incluso de apropiarse de ellas descaradamente. Cuando no pueden hacerlo, las declaran pasadas de moda o sin fundamento. Ah, y cuando nos copian, lo hacen siempre en versión barata.

Los que tienen envidia mezquina -la peor de las variedades-, incluso se alegran de nuestras desgracias. Nos tienen rencor. Pueden llegar a prácticamente odiarnos. Son peligrosos, y conviene alejarnos de ellos como de la peste. Dicen conocernos bien, se juntan con otros como ellos e incluso son capaces de calumniarnos o de enviar anónimos buscando desacreditarnos… Lo hacen con especial deleite cuando mejor nos va.

He aprendido a compartir las cosas buenas que me pasan solo con aquellas personas que son generosas de espíritu, muy seguras de sí mismas y, sobre todo, que me quieren bien. Y valoro y atesoro cada una de sus palabras de reconocimiento o consejos que me dan.

¿He logrado tratar a los envidiosos con cariño? No. Todavía no. Pero ya he comenzado a aceptarlos como fans.