
Publicado en la revista Aptitus, el 06/08/2019
Los profesionales de hoy, sobre todo los que nuestra huella digital nos precede.
Hace un tiempo quise contratar a un profesional para marketing. Uno de los candidatos era una joven espectacular, brillante y apasionada; una persona con todas las calificaciones, experiencia y ganas que estaba buscando. Para saber más de ella, miramos su perfil en Twitter y encontramos que era de esas personas que entraba en discusiones muy fuertes que incluían agresiones verbales y que, con bastante ligereza, intentaba destruir la reputación de personas, organizaciones y causas con las que no estaba de acuerdo.
La verdad es que me hubiese gustado mucho contratarla. Pero claramente, ese no es el tipo de comportamiento que deseamos entre los miembros de nuestro equipo.
“Tienes derecho de hacer y escribir lo que quieras, donde quieras. Para nuestro equipo buscamos otros perfiles, personas con actitudes en general más amistosas y amables” , le señalé. Ella no podía creer lo que escuchaba cuando me pidió que le explicara por que no la íbamos a contratar. Es muy probable que me haya odiado o que no haya captado el mensaje, pero ojalá haya entendido que nuestra huella digital nos precede.
Según un estudio que hicimos en LHH DBM, casi el 65% de los reclutadores no contrata a alguien que les había interesado inicialmente por lo que veían en sus redes sociales. Tal cual me pasó a mi. Lamentablemente mucha gente aún cree que las redes sociales son lugares para expresarse libremente, opinar como si nada de eso fuera a ser visto jamás en otro momento o contexto.
Sé que cada quién tiene sus ideas y me pueden decir, “ hago con mis redes sociales lo que quiera” , pero si uno tiene metas y objetivos trazados, tiene una empresa o su carrera profesional (que es su negocio propio), tenemos que pensar en todo eso antes de escribir o colgar fotos. Nos toca cuidar nuestra actitud y la imagen que nuestro comportamiento en redes demuestra. No dejemos que, sin darnos cuenta, proyectemos en las redes imágenes negativas u otra información que dañe nuestra marca personal.
Para eso, toca realizar una “ auditoría” seria y clara de nuestras redes sociales, no sólo de la información que compartimos, sino también de cómo ésta podría ser percibida por quienes tienen impacto potencial sobre nuestros sueños, ahora o en el futuro.
Vivimos en un mundo lleno de oportunidades y nos toca atrevernos a ser ambiciosos. Para lograrlo debemos cuidar nuestra reputación y marca personal siempre, y asegurarnos de lo que compartimos en redes sociales sea beneficioso y productivo. Lo hemos repetido antes pero igual ahora toca volver a pensar: ¿Qué tan productivo soy en redes sociales? ¿Cuál es mi actitud en la comunidad virtual? ¿Qué puedo hacer mejor? ¿Qué debo dejar de hacer? ¿Qué debo empezar a hacer?