
Publicado en Diario Gestión el 03/06/2022
En la actualidad muchos profesionales están regresando poco a poco a sus espacios físicos laborales en sus organizaciones, bajo esquemas de trabajo híbrido, combinando algunos días de labores desde casa y otros, en la oficina. Ante esta situación surge la pregunta: ¿cómo después de dos años de confinamiento por una emergencia pandémica, nos volvemos a reconectar emocionalmente con nuestros equipos de trabajo?
En estos dos últimos años de confinamiento hemos perdidos seres queridos, familiares, amigos, vecinos, colegas y guardamos sin duda, un halo de sensibilidad, un duelo extendido. En ese contexto, el retorno a una agenda de trabajo que exige respuestas rápidas al nuevo orden, sea presencial o semipresencial, no puede significar indiferencia con la dimensión emocional de nuestros colaboradores; tampoco, con la de nuestros líderes.
Entonces, las agendas de trabajo además de tareas urgentes e importantes tienen que estar incluidas de estrategias para reconectarnos emocionalmente con nuestros equipos de trabajo y, en consecuencia, con las tareas. Preguntémonos con franqueza: ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? No perdamos esta oportunidad para promover un entorno amable, genuinamente interesado por el bienestar de nuestros colaboradores.
Además de las huellas emocionales, estos dos años de confinamiento nos ha dejado una inclusión de hábitos y recursos para el trabajo a distancia, incluso hasta una hiperconexión, en nuestra rutina habitual.
Godfried Bogaard, experto en redes sociales, señala “en el pasado éramos lo que teníamos; ahora, somos lo que compartimos”. Y sí, compartimos calendarios, agendas, cocreamos documentos, presentaciones, contenido en streming. Hemos dejado de tener documentación archivada en cajones físicos para convertirla en carpetas compartidas alojadas en la nube.
Cuando la oficina, es decir, el espacio de trabajo está en la computadora personal y la información se trabaja, se produce, se aloja, se descarga, etc. en formatos virtuales, entonces no sólo hemos cambiado nuestros hábitos de trabajo; además, estamos transformando nuestro modelo de pensamiento sin darnos cuenta.
Bajo esta óptica entonces, ¿qué es volver al trabajo presencial o al modelo híbrido o mantenerse en el virtual en el marco de un esquema de pensamiento distinto? Volvamos al inicio de lo que decíamos, sea como sea el retorno al trabajo, regresamos para volvernos a conectar con las personas, con nuestras capacidades humanas, con el sentido de pertenencia a la tribu laboral, al equipo profesional.
Cada empresa tiene una realidad distinta que afrontar, un contexto propio, una mirada estratégica, demandas de todo volumen, pero todas tenemos un denominador común: ¡Necesitamos reconectar!