025 246x175 - Confianza: Amor, tenemos que hablar
10 julio, 2012

Confianza: Amor, tenemos que hablar

025 300x214 - Confianza: Amor, tenemos que hablar

Viernes por la noche luego de una semana cansada. Llegamos a casa deseosos de relajarnos, de no pensar en el trabajo ni en nada que nos obligue a usar demasiadas neuronas. Listos a disfrutar del fin de semana, sin previo aviso, escuchamos la temida frase: “amor, tenemos que hablar”.

Uyyy no, ¿qué pasó? … o peor aún, ¿qué hice? El corazón se acelera y rápidamente repasamos nuestras últimas acciones y, por si acaso, también lo que no hemos hecho. En segundos, la sensación de dicha desaparece y esperamos alertas el impacto de una conversación potencialmente peligrosa que definitivamente hubiéramos preferido evitar.

Para la mayoría de nosotros el “tenemos que hablar” nos hace temer una situación incómoda e incierta. Ocurra en casa o en el trabajo, nos sitúa en un espacio de supuesta confrontación con alguien muy dispuesto a dejarse oír, querámoslo o no.

Sea que se viene una reprimenda o un comentario no muy feliz por algo que no salió como se esperaba, a muchos no nos gusta escuchar (ni tampoco decir) cualquier cosa que ponga en riesgo una relación, impacte nuestra autoestima, o nos haga “perder cara” frente otros.

Ese temor nos hace dejar de decir muchas cosas que luego se acumulan hasta salir explotando o, peor aún, callar cosas que aportan tantísimo a la calidad de vida de los que nos rodean y que alimentan las relaciones y el alma, como son las palabras de reconocimiento, aprecio y cariño.

Patterson, Grenny, McMillan y Switzler autores del libro “Conversaciones Cruciales” llaman así a esas situaciones y las definen como aquellos momentos que tienen la potencialidad de cambiar las expectativas, resultados y planes de nuestras vidas. Quizá por eso son tan temidas.

Muchos además sienten que no dominan las técnicas básicas (como el control de emociones) que ayudan a evitar que esas conversaciones se salgan de curso deviniendo en conflictos del cuales no saben cómo salir airosos.

Por eso, y por ejemplo, nosotros le recomendamos a las sociedades nacientes firmar un “acuerdo de socios” antes de empezar su aventura empresarial para acordar de antemano sobre los tantísimos temas a la larga siempre llegan y generan conflictos entre los socios.

Aún así, la mayoría de las nuevas sociedades evita encarar y conversar sobre las diferencias que incluso intuyen. Y es triste ver luego cómo eso afecta sus negocios o hace fracasar sus empresas por las diferencias en expectativas o valores que los socios no acordaron cómo resolver positivamente cuando todo era aún ilusión y buena onda.

Del mismo modo, esas “conversaciones cruciales” en el trabajo son clave para retener al talento valioso y a todos aquellos que no queremos perder. En diálogos frecuentes, honestos y sin apuros, debemos buscar conocer y comprender mejor sus sueños, retos, expectativas y preocupaciones. ¡Y hacerlo con genuino interés crea el vínculo, alimenta la relación y constituye la base del salario emocional!

Nada aún sustituye el diálogo cara a cara con las personas importantes en nuestra vida personal y/o profesional. “Coger el toro por las astas” al transar sobre los términos de cada relación aclara lo que estamos dispuestos a dar y lo que no es negociable para cada uno. Y es que hablar de “nosotros” positiva y directamente en un contexto de respeto es lo que permite que esas relaciones se desarrollen y florezcan, para bien de todos. ¡Suerte!




Compártelo

Tal vez pueda interesarte

Ver más

Newsletter

Recibe contenido exclusivo para mejorar aún más tu empleabilidad.

Utilizamos cookies para brindarte una mejor experiencia de usuario. Si utilizas LHH.pe, acepta nuestra y