
Publicado en Semana Económica, el 11/01/2019
¿Has estado felíz de sentarte junto a alguien hasta que le sirvieron la comida? Los desayunos de trabajo, los almuerzos, y las cenas son parte del mundo de los negocios. Hay que estar atentos porque rápidamente te puedes ganar una mala fama, a veces, sin saberlo. Imagínate estos casos:
- Un gerente, vestido impecablemente, llega tarde al desayuno de un importante congreso y se pone rápidamente al día con la comida. Hace ruidos molestosos mientras toma el café y con toda tranquilidad, al terminar con el pan, se lame las migajas de los dedos para total asombro de quienes lo rodean.
- Un alto ejecutivo invita a su equipo a almorzar para celebrar un logro importante. A la hora de tomar asiento, todos evitan sentarse frente a él. Ya se hizo fama. Es de los que siempre come, habla y rie a la vez, y nadie tolera el desagradable espectáculo.
- Un empresario toma una llamada en la mesa y se explaya por varios minutos, sin contemplar que invade a otros con su tono de voz, que permite que todos–incluso los de otras mesas y posiblemente la competencia–se enteren de su conversación.
- Y nunca falta quien llama al mozo de manera inadecuada o es exigente en sus requerimientos, pero al retirarse no deja propina o deja un monto inapropiado.
En todos los casos, por cortesía o asombro, todos observan, pero nadie dice nada. El problema pasa desapercibido para quien lo comete, espantando a todos y ganándose una fama indeseada.
No importa que tan inteligente seas, que tan exitoso, o que tan bien vestido, no puedes darte el lujo de descuidar tus modales en la mesa; sobre todo, en eventos relacionados al trabajo, donde estás “en vitrina”. Esto es tan crítico, que en algunos procesos de selección importantes, se invita al candidato a comer. ¿Pasarías la prueba?
Consejos:
- No olvides que, durante este tipo de reuniones, representas a tu empresa, por lo que tu comportamiento debe ser impecable. Los modales en la mesa también incluyen cuidar lo que dices, cómo lo dices, y cómo interactuas con otros, incluyendo el mozo.
- Si no te sientes seguro de concer la etiqueta de mesa, compra un buen libro sobre el tema o contrata una sesión de asesoría, donde con mesa puesta, te enseñarán todos los importantes detalles.
- Todos podemos cometer errores en la mesa sin darnos cuenta y probablemente nos ha pasado. Compartir artículos como éste puede ayudar a sensibilizarnos para estar más atentos, sobre todo, en reuniones de trabajo.