Publicado en Suplemento Aptitus de El Comercio 10/07/2016
Los programas de recolocación laboral buscan que los empleados tengan las condiciones necesarias para elevar sus niveles de empleabilidad.
En nuestro país muchas de las organizaciones más reconocidas ofrecen programas de recolocación laboral o outplacement a sus trabajadores. Y lo hacen no por obligación sino como un benefico como parte de sus buenas prácticas de Recursos Humanos, con la finalidad de darle a los empleados el soporte necesario que necesitan durante sus procesos de recolocación. En el mundo existen precedentes de países que exigen a las compañías brindar este tipo de sistemas. El gobierno de España, por ejemplo, obliga desde el año 2012 a que las empresas que realicen ceses colectivos a más de 50 trabajadores ofrezcan a los afectados un plan de recolocación a través de empresas autorizadas, para un periodo no menor a seis meses.
“Los programas de Outplacement brindan la estructura necesaria para elevar los niveles de empleabilidad y mejorar las posibilidades de recolocación de cada persona según sus logros y objetivos. Esta estructura debe incluir consultores con experiencia gerencial, contactos con muchas firmas de selección, talleres, conferencias diarias y uso de oficinas para generar comunidad, además del apoyo logístico, secretarial y psicológico.”, afirma Inés Temple, Presidente de LHH-DBM Perú y Chile, una de las firmas más importantes en outplacement.
Se sabe que al menos el 45 % de las top 500 empresas más grandes en Perú han brindado este beneficio a sus colaboradores y los sectores que presentan mayor demanda son consumo masivo, banca y seguros, telecomunicaciones, minería y servicios. Bárbara Pita, consultora asociada a Human Growth sostiene que “este tipo de métodos, normalmente, se brinda hasta que el colaborador encuentra otro trabajo, pero dentro de un plazo. El servicio es por periodos, ya que se trata de programas que van desde un mes hasta un año de duración”, señala Pita.
Para Temple “las empresas serias de outplacement no se involucran jamás en decidir quién sale o quién se queda, más bien sensibilizan a las empresas para asegurar un trato correcto, respetuoso y en las circunstancias adecuadas al personal que se retira”. El outplacement, según esta experta, no es un beneficio solo para ejecutivos sino que debe brindarse a empleados y operarios por igual.
Los programas de recolocación son contratados, en su mayoría, por organizaciones con más de 100 empleados y está dirigido a colaboradores valiosos o con larga trayectoria, pero que como consecuencia de reestructuraciones, fusiones y cambios de estrategias o perfiles tuvieron que ser desvinculados de la compañía.
El paso a paso del proceso
Si bien no existe un proceso definido, para Kety Jauregui, Directora de la Maestría de Organización y Dirección de Personas de ESAN, los pasos más comunes en el caso del outplacement individual, generalmente dirigido a ejecutivos, son: Establecimiento de confianza entre el asesorado y el asesor, análisis y diagnóstico personal y profesional, diseño del plan de trabajo que involucra la definición de objetivos, identificación de oportunidades, recursos y limitaciones, determinación de actividades a realizar, fijación de plazos y desarrollo del CV. Paso seguido se debe implementar el plan y por último negociar la contratación.
- En el Perú solo la consultora LHH – DBM ofrece reportes anuales de resultados con la cantidad de personas y empresas beneficiadas por el proceso de outplacement.
Según el informe del año 2015, se sabe que un total de 39,650 personas de todos los niveles han sido beneficiadas con sus programas de recolocación de personal, desde el año 1993 hasta el 2015.
Los programas de recolocación se contratan por períodos que van desde un mes hasta un año de duración.
48% de las top 500 empresas más grandes en Perú brindan programas de outplacemente a sus colaboradores