Publicado en Revista Gana más el 25 de Mayo de 2016
EI tema de la jubilación es poco sexy porque las personas no queremos pensar que algún día llegaremos a jubilarnos. Creemos que seremos jóvenes y hermosos para siempre pero la verdad es que también nos llegará ese momento y tenemos que estar preparados».
Así empezó Inés Temple, presidenta de LHH-DBM Perú, su ponencia Manejo Humano de la Transición a la Jubilación, en el 24 Congreso de Gestión de Personas organizado por Centrum Católica y la Asociación Peruana de Recursos Humanos (APERHU), realizado hace unas semanas.
La empresa que lidera Inés se encarga de reubicar a profesionales y ejecutivos que dejan de laborar en un centro de trabajo. Ella también es presidenta de LHH Chile y CARE Perú (organización sin fines de lucro que ayuda a la gente necesitada).
Inés contó que hace unos años escribió un artículo, para un medio de comunicación, que se llamó Vivir hasta los 94. «Fui muy criticada, sobre todo por mis amigas que me decían ‘cómo nos haces pensar que vamos a vivir hasta esa edad’, y es que probablemente todos los que estamos en esta sala vamos a vivir hasta esa edad porque la ciencia está avanzando mucho. Entonces ¿estamos preparados?».
La jubilación es algo que olvida la mayoría de personas, por cultura que no nos enfoca a mirar a largo plazo, por falta de preparación o por temor a esa realidad. «Llegado el momento solo piensan en su AFP o pensión de jubilación para sostenerse pero sin haber hecho un plan de vida, sin pensar en cómo van a vivir y qué van a hacer sus próximos 30 o 40 años de vida».
Al llegar a esa etapa hay dos extremos: algunos piensan que es bueno jubilarse pero otros y la mayoría tiene terror a hacerlo. «Para muchos la jubilación es enfrentar el fin de la vida útil, pasar a ser un viejito que mira por la ventana porque no tiene más que hacer, eso sumado a que jubilarnos nos lleva a perder poder, identidad y roles que son valiosos para nosotros», dijo Inés.
Preparándonos para el retiro
Inés Temple comentó que todos deberíamos empezar a mirar, ahora, qué retiro vamos a tener, cómo van a ser esos años. El reto es mayor porque se vive mucho más que antes y por lo tanto se tendrán tantos años de jubilación como los que se trabajó y hay que estar preparados.
La época de la jubilación puede ser una época de caos y de aburrimiento o una época de reorientar la vida y empezar a hacer lo que siempre se quiso y se fue postergando. «Cómo tener una cosecha real en la jubilación: haciendo un plan de vida a largo plazo, cómo voy a vivir hasta los 94, cómo voy a hacer para llegar bien a esa edad, con salud, cómo voy a tener una jubilación activa».
Planeamiento de la jubilación:
Para la ejecutiva, la jubilación se planea en dos etapas:
Primera Etapa
Hacer un autoanálisis: cómo es mi familia, cómo están mis finanzas, cuáles son mis necesidades de vivienda hoy, mis intereses, recursos y preferencias, etc. El plan de jubilación es personal y se plantea de acuerdo a lo que cada persona desee.
Segunda etapa
Hacer el planeamiento propiamente. Para ello hay que revisar los siguientes ftems y planificar uno por uno:
1. Finanzas: «Nosotros encontramos gente que se jubila y se pasa meses ordenando sus papeles y sus cosas porque cuando trabajaban no tenían tiempo para eso, pero están perdiendo un tiempo valioso haciendo tareas que debieron hacer antes».
2. Salud: No es solo tener un seguro sino pensar en cómo llegar sano, vital, con energía, contento a esta edad. Porque todos queremos llegar bien y tenemos que prevenir aprendiendo a manejar el estrés, la nutrición, ejercicios, etc.
3. Administración del tiempo: Se pasa de ser proveedor a ser un estorbo. La familia tiene la vida ocupada y el jubilado pasa a tener tiempo y no sabe qué hacer con él. Tiene que planear lo que le gusta hacer y empezar a hacerlo.
4. Entretenimiento: Cómo me voy a entretener si ahora tengo tiempo. Se planifica, puede ser un viaje o dos cada año, crearse una cuenta en las redes sociales para estar conectado con amigos y familiares, armarse una rutina diaria de ejercicios, salidas, paseos al aire libre, caminatas, participar en actividades para grupos de personas mayores, etc.
5. Alternativas de trabajo: No descartar esta opción. Se puede seguir trabajando: Trabajo voluntario, académico, usar su red de contactos, trabajar en los hobbies, etc.
6. Comunicación: Cambiaron los roles y cambia la manera de comunicarse con la gente. Uno de los problemas más grandes de la jubilación no planificada es la soledad, con quién hablas, con quién compartes, sobre todo porque muchos amigos empiezan a irse y si uno no se ha mantenido educado, tecnológico, insertado, se aisla.
7. Vivienda: Se puede y debe cambiar de vivienda y buscar la más adecuada de acuerdo a las nuevas necesidades. «Mi mamá vivió prisionera de una casa grande que no podía mantener, y en la que ya no pudo subir al segundo piso por problemas de salud. Eso por falta de previsión, por no organizar sus finanzas y ser práctica. Cuánta gente no planea a tiempo dónde va a vivir», dijo Inés.
8. Metas: Fijarse metas, a corto, mediano y largo plazo y ver cómo se involucra la familia en este plan de vida.
«Que el momento de la jubilación se vea desde la perspectiva humana. Esto no es asistencialismo o filantropía, es pensar en que nosotros, que somos jóvenes, veamos cómo ayudar a los que están en esta etapa. Puede ser una magnífica etapa en la vida y puede llegar a ser la mejor pero dependerá de cúanto nos preparemos para ello», finalizó Inés Temple.