
Publicado en la revista Economía, el 07/07/2018
Hacer las cosas bien es cuestión de voluntad. Será más o menos difícil en función al compromiso de los directivos de las organizaciones. No se trata de invertir grandes cantidades de dinero adicionales, sino de inicialmente cumplir con la ley y luego con imaginación, compromiso y dedicación, lograr iniciativas en pro de los trabajadores las que a la larga traerán beneficios tangibles para la organización en conjunto. La responsabilidad laboral es un tema de decisión y es un deber de las organizaciones.
Así lo afirma Carlos San Román, Director de Lee Hecht Harrison – DBM y Director del Premio ABE, quien señala que las empresas laboralmente responsables lograrán incorporar al mejor talento y retenerlo, mientras que las empresas informales seguirán cayendo en un círculo vicioso de improductividad.
Lo que es cierto es que hay normas de difícil aplicación ya que muchas son elaboradas por personas que desconocen el funcionamiento de las organizaciones, al nunca haber formado parte de una de ellas. Son normas que suelen tener un tinte ideológico y/o populista.
Pero independientemente de esto, la ley se debe cumplir y las empresas que quieran competir en el mercado global, deberán ser siempre laboralmente responsables.
FINANZAS AFECTADAS
En el caso de la formalidad, asumiendo que el cumplimiento de la ley está dado, las inversiones en responsabilidad laboral en el corto plazo son recuperadas y superadas ampliamente en el tiempo solo considerando la productividad.
Las empresas laboralmente responsables son más atractivas al momento de incorporar el talento. Es un tema de visión de corto y largo plazo. Como suele pasar, las visiones exclusivas de corto plazo sacrifican el desarrollo organizacional.
La fórmula, por supuesto desde un punto de vista muy simplista y cargado de variables estáticas, termina con un incremento de la productividad derivado de aplicar buenas prácticas laborales y de respeto a los colaboradores. Estas prácticas permiten atraer, retener y desarrollar al mejor talento disponible. Todo esto nace con el compromiso claro y decidido de la dirección de las organizaciones, con una visión de largo plazo”, refuerza el especialista.
BENEFICIO A COLABORADORES
Las buenas prácticas laborales buscan mejorar el clima y las condiciones laborales, dentro de un marco de trato respetuoso. Estas mejoras impactan positivamente en el desempeño de los colaboradores y además contribuyen con la mejora de su empleabilidad. Las buenas prácticas laborales son sobre todo una muestra clara de respeto al ser humano más allá del cumplimiento de las leyes. Las compañías ganan, y los trabajadores también. Es un círculo virtuoso que impacta positivamente en la sociedad en su conjunto.
El beneficio final es el incremento de la productividad, que se deriva de contratar al mejor talento, la reducción de la rotación, o la correcta administración de la misma, políticas de retención, de desarrollo de talento, de inclusión y también las políticas de respeto al momento de la desvinculación. Todo esto mejora la marca empleadora de las compañías. Es decir, los beneficios a los trabajadores derivan en beneficios tangibles para las compañías.
En ese sentido destaca el autor, que cada sector tiene sus peculiaridades, pero no hay alguno especial dónde sea más o menos difícil. Si es cierto que no todas las prácticas de un sector son transferibles a otros.
Lo importante es identificar lo que en el sector es valioso para los trabajadores y la compañía y hacerlo lo mejor posible, monitorear las mejoras y tener la suficiente flexibilidad para ajustar las prácticas según el momento. Bajo el principio que la responsabilidad laboral está orientada al respeto a los trabajadores y su desarrollo, el camino será de puro éxito.
ALIADOS ESTRATÉGICOS
La Asociación de Buenos Empleadores (ABE) de la Cámara de Comercio Americana del Perú (AmCham) reconoce las prácticas laborales más destacadas de las empresas a través del Premio ABE 2018. Otro aliado importante es el Ministerio de Trabajo, que ayuda a combatir la informalidad laboral que tanto daño hace al país.
De igual manera hay otros organismos como la Organización Internacional de trabajo OIT, en especial la oficina de empleadores, que tiene iniciativas compatibles y siempre muchas ganas de colaborar para el desarrollo de las buenas prácticas laborales.