Publicado el 07/01/2017 en revista Aptitus
En vez de pedir que el nuevo año traiga cosas buenas, pensemos en qué tipo de mejores personas espera el nuevo año que seamos.
Empieza un nuevo año y muchas de las conversaciones incluyen la frase: “Espero que el 2017 sea…”. Luego de escucharla de varias personas y notar que esperan que el año que viene sea de una forma o traiga alguna cosa, me quedé pensando y llegué a una conclusión: no debemos desear que el 2017 sea de alguna u otra manera, es el nuevo año el que espera que nosotros lo seamos. Así, el nuevo año desea de nosotros:
1. Que tengamos nuevas metas, metas difíciles de cumplir, que nos exijan sacar lo mejor de nosotros, desarrollar nuevas habilidades y no caer en la complacencia de hacer solo las cosas que siempre hemos hecho y de la misma manera.
2. Que tomemos decisiones difíciles, esas determinaciones que tenemos claras, pero que demoramos en adoptar por miedo al qué dirán o a que las cosas no funcionen como esperamos. Aplazar dichas resoluciones no hará que las cosas se solucionen solas, sino que se compliquen más.
3. Que aprendamos nuevas cosas, que tengamos sed y hambre de saber, de salir de nuestra zona de confort, de ir a la velocidad de los cambios.
4. Que miremos atrás solo para saber qué debimos hacer más, qué debimos hacer menos y qué debimos hacer diferente. Pero que nos enfoquemos en el hoy para construir ese futuro, que es lo único en lo que podemos realmente aportar.
5. Que seamos generosos con nuestro conocimiento, que lo compartamos con quienes lideramos, con nuestros pares y, por qué no, con nuestros jefes también.
6. Que seamos agradecidos por cada objetivo que logremos, que aprendamos de lo bueno y lo malo; porque lo bueno se disfruta y de lo malo se aprende.
7. Que tengamos la suficiente humildad para pedir ayuda cuando la necesitemos y disculpas cuando nos equivocamos. Mostrar vulnerabilidad no nos hace débiles, sino más fuertes.
8. Que tengamos confianza en nosotros mismos, en que podemos ser más, mejores, diferentes. Que el cielo no es el límite, sino mucho más allá, y que esto solo se limita cuando decimos “no puedo”.
9. Que los fracasos suceden y que de ellos se aprende. Así, salimos más fuertes y con enseñanzas que nos hacen enfrentar el futuro de una manera diferente, más madura y resiliente.
10. Que cuando acabe el año no nos sintamos mal porque no hicimos ni dimos todo lo que pudimos, sino que miremos atrás y con una sonrisa digamos: “Di lo mejor de mí”. No nos sentemos a esperar que el nuevo año nos dé cosas diferentes o mejores, ¡démosle al 2017 lo mejor de nosotros!
