¿Por qué hago todo lo que hago?
Fuente: Mujeres Batalla / 30-06-2013
Es curioso que muchas veces termino escribiendo estas líneas para Mujeres Batalla en aviones. Será por que aquí arriba hay calma, no suenan los teléfonos ni los correos y me siento bien para reflexionar y escribir – una razón más por la que tanto me gusta viajar – .
Justo hoy antes de embarcar pensaba sobre las razones que me llevan a veces a sentirme tan presionada por tantos compromisos y obligaciones que me esperan en Lima…sobretodo cuando muchas de esas responsabilidades han sido voluntariamente asumidas.
Creo que por eso de ser coherente con el deber termino dando de mi tiempo más de la cuenta. Y el precio es no estar tan relajada como debería para disfrutar de las cosas buenas que la vida (que manera tan sutil de confesar – los aviones también siempre me llevan a confesiones – que a veces me estreso un montón y cuando lo hago soy una pesada horrible y antipática – palabras textuales de mi hija menor.) Y termino agotada.
¿Y por qué me meto en tantos temas? ¿Por qué por ejemplo tratar de fomentar la responsabilidad social empresarial y promover compromiso social de los empresarios? Esto sí es un tema grande y complejo al que le dedico mucho tiempo desde años (ocupo la presidencia del directorio de Peru2021). Pero, ¿por qué lo hago?
Creo que es por que tengo tres hijos y yo siempre he deseado que quieran como yo, vivir en el Perú – me explico a mi misma -. Siempre dije qué puedo hacer yo para que ellos quieran vivir aquí…cómo puedo contribuir con el país para que sea un mejor lugar para vivir para ellos y para todos … y eso es lo que los empresarios socialmente comprometidos como generadores de riqueza y trabajo que somos podemos lograr hacer: atrevernos a crear el sueño de que el nuestro pueda ser un gran país, bueno en oportunidades para todos los peruanos.
¿Y lo de CARE? ¡Cómo no apoyar esos proyectos que buscan ayudar a erradicar la tanta pobreza que hay en nuestro país! Proyectos que tratan por ejemplo que más niñas rurales se eduquen y rompan así ese ciclo perverso de pobreza endémica que gira alrededor de la falta de educación y por tanto oportunidades.
Y mi oficina, en los temas de recolocación y coaching, los artículos y las presentaciones para llevar el mensaje de la empleabilidad y el hacernos dueños de nuestra carrera como nuestro mejor negocio propio. Y los otros directorios, comités, asociaciones, el libro, el gimnasio, las amigas, los hijos…
¡Ayyyyy, tantas cosas!
Pero igual siento que cumplo mi misión personal al hacerlas, – me sigo diciendo -. Me apasionan, me dan muchas satisfacciones, una positiva sensación que contribuyo con algo y además me permiten conocer gente fantástica que piensa diferente y me enriquece con sus distintas perspectivas – al final de día el hacer por otros termina haciéndonos mucho bien a nosotros mismos -.
En las tardes llego a mi casa a veces MUY cansada pero contenta…tengo tema de conversación con mi novio y mis hijos y luego caigo como un plomo en mi cama. Creo que no me veo haciendo menos cosas – solo debo hacer más ejercicio para ganarle la mano el stress (y como no admitirlo, al mal humor de a veces) y seguir pidiéndole a Dios que me ayude como hasta ahora.
Y así, más clara en mis ideas, duermo feliz todo el vuelo y aterrizo descansada y sonriente, ¡lista a hacer más cosas!