Publicado en Diario Gestión, el 19/06/2020
“No le tengas miedo al miedo”…., es una frase que he usado muchas veces como consultora con personas en transición laboral y sé que suena extraño, por ello les comparto a qué me refiero.
Es natural que ante situaciones nuevas o de cambios importantes, como los que estamos viviendo actualmente, surjan una serie de sentimientos y emociones que van apareciendo una a una, y muy probablemente la primera que verbalizamos es “tengo miedo”.
El miedo es la emoción que nos habla de aquello que tememos perder, de lo que valoramos especialmente…
Si bien en un primer momento nos puede llevar a suposiciones e interpretaciones que pueden o no ser válidas, a tener dudas, preocupación y dificultad para decidir; recordemos que -como toda emoción-, es mensajera que revela lo que nos importa y los juicios que tenemos ante diversas situaciones, y muy especialmente nos dispone de una manera u otra a la acción.
El miedo -a diferencia del pánico y la ansiedad-, nos moviliza y nos llevan a la acción, a buscar una salida. Esta es la base de mi frase: “no le tengas miedo al miedo”.
Identifica ¿qué es lo que temes perder?, ¿qué es lo que más te importa?… y luego pon tu mirada y esfuerzo en generar información, prepararte, sacar fuerzas, identificar puntos de apoyo, pedir consejo… Disponte a aprender y a considerar nuevas alternativas de acción, que tal vez en un inicio no tenías en cuenta o no veías viables.
Hoy especialmente, el miedo está presente en diversos ámbitos de nuestra vida, en el plano personal, profesional, social, etc. y por ello te animo a analizar: ¿dónde está tu mirada?… ¿qué es lo que temes perder? y ¿cómo puedes cuidarlo?… ¿qué puedes hacer para no quedar atrapado en el miedo y que éste sea la alerta que te pone en acción?…
¿Tienes miedo por tu futuro profesional?, prepárate, aprende, esfuérzate, acorta brechas, busca asesoría, da lo mejor de ti.
¿Tienes miedo por tu salud?, cuídate, toma medidas, has ejercicio, sé precavido.
¿Tienes miedo de no poder enfrentar una situación futura?, busca orientación, hecha mano de tus fortalezas, pide ayuda, fortalece tus redes de confianza.
Entonces, el miedo por sí mismo no es bueno o malo, lo determinante es lo que hagamos a partir de él para estar mejor preparados para enfrentar una situación.
¡Ánimo!!, recuerda: “no es valiente el que no tiene miedo, sino aquel que aun sintiéndolo sigue adelante”.