Outplacement: ¿Se siente usted muy seguro en su trabajo? - LHH DBM

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Outplacement: ¿Se siente usted muy seguro en su trabajo?

¿Se siente usted muy seguro en su trabajo? (Ver enlace original)

Fuente: Eleconomistaamerica.pe / 04-04-2014

Me ha tocado ver en muchas ocasiones que cuando las personas están buscando trabajo o están detrás de un ascenso, se preparan, se informan, leen, buscan enterarse de lo que pasa en su sector o su especialidad, hacen méritos para sus entrevistas, se visten bien, buscan contribuir activa y visiblemente con los resultados, se afanan con sus jefes y cuidan mucho sus relaciones a todo nivel. Pero una vez que consiguen el trabajo o cuando ya llevan un tiempo en él, aplican el viejo paradigma: “ya lo tengo, ya estoy seguro, ya no me importa”. Y ahí los vemos empezar a quejarse de su trabajo o de la organización, a no valorarlos y a verles todo lo negativo. Y los escuchamos decir: “no soporto a mi jefe”, “odio mi trabajo”, “no me pagan lo suficiente”, o, “aquí no me dejan crecer”. Quizá así somos los seres humanos: tendemos a valorar y a cuidar poco lo que ya asumimos como supuestamente “seguro” o a aquello que consideramos como nuestro por derecho propio.

De otro lado, sabemos que las empresas pueden tomar la decisión de no desincorporar a personas cuyo desempeño es inferior a lo esperado, que tienen mala actitud, o que son, incluso, hostiles. Pueden haber razones o limitaciones legales, económicas o políticas para no proceder a esas desvinculaciones de inmediato. Eso puede generar que quienes tienen esas malas actitudes o que simplemente no cuidan o valoran su trabajo, y de paso, su imagen y su reputación, se crean equivocadamente “seguros” en sus trabajos ante la inacción de la organización. Sin embargo a la primera oportunidad que aparezca como propicia para proceder, la empresa no dudará un instante sobre quienes deben salir antes que nadie.

Todos sabemos, por lo menos en teoría, que no existe organización en el mundo que pueda prometer y menos garantizar con seriedad que va a mantener a alguien en un trabajo de por vida. Ni siquiera la misma empresa y menos quienes la dirigen, pueden asegurar o garantizar su propia seguridad o continuidad.

Sabemos también que el primero en no tener un trabajo “seguro” es el Gerente General, al igual que los gerentes más senior, y que no hay posiciones más vulnerables a los cambios que viven las empresas que las gerenciales. Por lo tanto, es muy válido que preguntemos: si ninguna empresa me puede garantizar seguridad o estabilidad, ¿qué hago para sentirme seguro en el campo laboral?.

Es evidente que todos necesitamos de un nivel de seguridad para vivir tranquilos, para poder hacer planes de mediano y largo plazo. Para planificar ordenadamente nuestra vida. Y la mayoría de nosotros necesita también sentir seguridad respecto a tener un ingreso constante que nos permita sostenernos y pagar las cuentas.

Por eso es importante resaltar que el gran cambio que se ha producido en los últimos años en el mundo del trabajo es un cambio de enfoque aparentemente sutil pero crítico: la tan ansiada seguridad no viene ya de tener un trabajo para siempre, ni siquiera viene de tener hoy un trabajo. Lo único que va a darnos esa ansiada seguridad es saber que somos muy empleables, es decir que tenemos las habilidades y destrezas que requiere nuestra especialidad, la experiencia, vigencia y competitividad que espera el mercado, los logros y resultados que generamos y que agregan valor real y cuantificable, la imagen y reputación de ser un buen colaborador, cumplido, ético, serio y muy profesional; y por supuesto los contactos necesarios para tener un buen flujo de demanda por nuestros servicios profesionales. Con esa demanda tendremos mejores posibilidades de fidelizar a nuestro trabajo actual o de conseguir uno nuevo, cuando y donde lo queramos o necesitemos.

Nuestra seguridad no vendrá entonces de tener un trabajo, sino de tener siempre ese flujo de demanda por nuestros servicios profesionales, empezando idealmente por la empresa donde actualmente trabajamos, de ser el caso. Esa demanda significa además que si donde hoy trabajo, no quiere o no puede emplearme más, (o si ya no quiero trabajar más allí), podré mirar al mercado laboral con la tranquilidad de saber que habrá quienes encuentren valiosos mis servicios profesionales para aportar al crecimiento o desarrollo de su negocio u organización.

El mundo del trabajo ofrece opciones a todos, a empresas y a profesionales. La seguridad que tanto ansiamos y necesitamos ya no depende de quien nos emplea, ¡depende exclusivamente del esfuerzo que real y seriamente pongamos en mejorar permanentemente nuestro nivel de empleabilidad!