Salario Emocional - LHH DBM

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Salario Emocional

Publicado el 11/04/2017 en Revista Strategia

Encontrar la mejor definición para “salario emocional” no es muy fácil. Me animo a pensar en esas retribuciones que no representan costo para las empresas y que sin embargo, les son tan difíciles dar a muchos jefes que tienen mando sobre la gente como el mirarla a los ojos, escucharla, incentivar su participación, animarla, hacerla sentir bien, ayudarla a crecer, compartir su visión y éxitos con ellos. Estas son verdaderas retribuciones que inspiran y entusiasman a la gente a ser más productiva. Todo ello y más constituye el salario emocional.
De hecho, estas prácticas hacen a la gente más productiva, lo cual contribuye con un clima laboral favorable y no hay empresa con altos niveles de clima, que no consigan buenos resultados económicos. Hay estudios que demuestran que el nivel de utilidades está íntimamente relacionado al nivel del clima laboral.
Hay muchas acciones que podemos desarrollar, para aplicar el salario emocional, aquí detallo algunas:

  • Rompiendo paradigmas, dejando de pensar que tenemos que tener atada a la gente a un escritorio para que produzca más y dejando de mirarla mal cuando salen a su hora. “Si no eres capaz de hacer tu trabajo en el horario normal, algo anda mal en ti, quizá no eres bueno”, me decía un jefe a quien aprendí a apreciar mucho por su calidad humana.
  • Preocupándose porque gocen de los beneficios sociales a que tienen derecho, incentivando su capacitación constante, respetándolos y ayudándolos en sus momentos de dolor. Recuerdo que casi cuando empezaba mi carrera informé a mi jefe, que había dado permiso a un trabajador porque su padre estaba grave y mirándome fijamente, me dijo: “Nosotros no somos una beneficencia y además él no es médico”, expresándolo con cierta ironía.
  • Brindándoles espacios para descanso, distracción o deporte donde puedan recuperar energía y retomar sus actividades con más entusiasmo.
  • Alentando su participación en actividades que promuevan el trabajo en equipo y el fortalecimiento de las relaciones interpersonales positivas.
  • Contribuyendo a que siempre tengan una sensación de crecimiento profesional, social y moral, que les asegure ese desarrollo humano integral, que fortalezca su empleabilidad.
  • Valorándolos y reconociendo a tiempo sus logros. Premiándolos y festejando con ellos sus éxitos. Un “gracias” a tiempo y un reconocimiento público son muy apreciados y generan gran entusiasmo.
  • Promoviendo el aporte de sugerencias del personal y apreciándolas e implementando las que generen
    mayor valor.
  • Por último, algo muy simple, conversando con ellos.

Podría asegurar que todo trabajador valora mucho
cada una de estas acciones, que constituyen un salario emocional, sin embargo difícilmente lo apreciaría, si primero no son satisfechas sus necesidades fisiológicas, las cuales en la teoría de la jerarquía de necesidades de Abraham Maslow, las considera como básicas. Estas se encuentran ubicadas en el primer nivel de una pirámide en cuyos siguientes escalones considera las necesidades de seguridad, las sociales, las de ego y las necesidades de autorrealización. “Si un trabajador no tiene para comer o para curar a un hijo enfermo, por más atractivo que sea un
salario emocional, no le otorgaría el valor que este merece”.
Es bueno reflexionar sobre este tema de tanta trascendencia para las personas y que genera mejores resultados económicos para las organizaciones, sin embargo es también muy importante entender que no hay nada gratis en la vida y que todo trabajador debe merecer esas retribuciones que inspiran y que tanto nos agradan. ¿Por qué no pensar también en el salario emocional de tu jefe?, ¿cómo puedes contribuir a que él o ella se sientan siempre motivados a brindarte lo mejor? Si no estás utilizando esta herramienta y te es difícil hacerlo, empieza ahora, con algo muy sencillo, conversa con tu gente, jefe o pares, míralos a los ojos, pregúntale ¿cómo están? y dales tu feedback sincero.

 

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