Señales de mala actitud en el trabajo - LHH DBM

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Señales de mala actitud en el trabajo

Inés Temple: Señales de mala actitud en el trabajo (ver en web) 

Fuente: El Comercio / 05-08-2014

Hay actitudes que dicen en voz alta: «no me importa este trabajo», «no me interesa lo que hago», o, peor aun, «no soy bueno haciéndolo». 

Hay actitudes que dicen en voz alta: «no me importa este trabajo», «no me interesa lo que hago», o, peor aun, «no soy bueno haciéndolo». Estas actitudes impactan negativamente en nuestra carrera y en nuestras relaciones interpersonales y le quitan todo el brillo a nuestra marca personal. Estos son algunos ejemplos de esas malas actitudes.

1. No pedir disculpas por los errores y, más bien, buscar excusas para taparlos. Tan común y tan desesperante cuando las personas no asumen responsabilidad por sus actos, inventan toda clase de razones para justificarlos y peor aun cuando culpan a otros por sus fallas.

2. No tratar bien al jefe o incluso despreciarlo sin mucho disimulo. El jefe ideal no existe y, más bien, nuestro esfuerzo y compromiso para ayudarlo a ser exitoso en lo suyo da señales claras de madurez y profesionalismo. No debemos confundir respeto por la autoridad con obsecuencia.

3. No cumplir con las fechas o los compromisos asumidos. Muy negativa señal sobre todo cuando es frecuente. Comunica incapacidad, falta de seriedad y poco respeto por las personas y el trabajo en sí. Demorar en responder llamadas o correos electrónicos por más de 24 o 48 horas es también señal de mala organización y de poca consideración por los demás.

4. Dejar todo para último minuto. Genera un estrés innecesario a todos, y compromete la calidad de los resultados. Es típico de los ineficientes, desorganizados o descuidados que tampoco informan a tiempos los avances o retos de los proyectos. Ciertamente no son las actitudes ideales de las personas que uno busca para ascender o recomendar para posiciones de más responsabilidad.

5. No ser agradecido o no darse el tiempo para reconocer y validar el esfuerzo de otros. Eso denota poca consideración e indiferencia por el trabajo ajeno y afecta negativamente las relaciones. El agradecimiento oportuno y el reconocimiento frecuente motiva e inspira a todos a trabajar con mayor satisfacción y compromiso.

6. No cumplir a cabalidad con los encargos o las tareas. Ser informal, no estar enfocado en entregar el trabajo listo al 100% y con calidad total, o conformarse con cumplir a medias, con mediocridad o superficialidad le resta confiabilidad y quita toda competitividad a nuestra marca personal.

7. Ser el negativo del grupo. Vivir quejándose de todo, hacerse la víctima o hablar mal de otros nos hace poco populares, ya que nunca es agradable trabajar con gente así. La mala cara o el permanente ceño fruncido emiten señales de infelicidad, poco éxito o incluso de cierta agresividad.

8. No participar en los eventos sociales de la oficina demuestra indiferencia y poco espíritu de cuerpo. Lo mismo sucede cuando uno no se interesa en la vida personal de los demás. Jon Gordon, autor del libro «The Carpenter» [Wiley 2014], recomienda hacerlo con regularidad -pero de manera genuina- para evitar ser etiquetado de soberbio o arrogante.

9. No prestar suficiente atención en las reuniones o dejar de participar activamente en ellas por estar contestando correos o mandando mensajes de texto o WhatsApp. No solo es signo de desinterés en el trabajo y en las personas presentes, sino también son señales de falta de cortesía y de mala educación. Ambos son aspectos fundamentales para el éxito de nuestra carrera y de nuestra marca personal.